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¿Estás listo para lanzarte a la vida universitaria?

Escrito por Universidad Marista | 29/04/19 03:54 PM

 Salir de la preparatoria y entrar a la universidad es un gran cambio que requiere de una transición consciente: desarrollarás nuevas capacidades académicas y personales, alimentarás tus fortalezas y atenderás tus debilidades. Si piensas que se trata solo de un trámite, te llevarás muchas sorpresas, ya que, además de que tendrás nuevos compañeros y maestros, tus responsabilidades serán mayores y requerirán de un compromiso más profundo de tu parte.

Si sientes nerviosismo o ansiedad, no te preocupes. Es normal ante cualquier cambio significativo. La vida universitaria es muy distinta al tipo de vida escolar que has llevado hasta ahora. Cambiará tu forma de ser, de pensar y de ver el mundo. Es necesario decir que será un proceso de crecimiento inolvidable para ti, así que ten por seguro que esa ansiedad se convertirá en entusiasmo y satisfacción.

A veces tardamos todo el primer semestre en acostumbrarnos al nuevo ritmo; a veces, también el segundo. Se trata de un proceso de adaptación que solo comprenderás hasta que lo hayas vivido. Sin embargo, es conveniente que no te tome por sorpresa y tengas en cuenta varios puntos para que te vayas preparando desde ahora.

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Amplía tus horizontes

Cada año que pasa es una oportunidad para expandir y profundizar tu criterio y tus puntos de vista. La vida universitaria es un gran giro, ya que vas a interactuar con personas nuevas todo el tiempo con gustos, opiniones, contextos y objetivos diferentes. No te cierres al diálogo y al intercambio, ya que allá afuera, en el mundo real que te espera después de la universidad, hay mucha gente con ideas diferentes a las tuyas y es muy necesario que aprendas a lidiar y a aprovechar, cuando sea posible, las diferencias.

El sistema educativo marista, por ejemplo, te hace convivir con estudiantes de carreras diferentes a la tuya. En las materias humanísticas y sociales, por ejemplo, conviven diferentes formas de ver y pensar el mundo; tal vez puedas escuchar ideas que no te agraden, pero no es razón para que te la pases mal, ya que puedes aprender a escuchar opiniones contrarias a la tuya y a comprender mejor cómo es la sociedad real en la que vives. 

 

Aprovecha las clases

Cada materia universitaria equivale a dos horas de clase. Aunque ponerte de acuerdo con tus compañeros para saltarte clases pueda parecer divertido, no es una buena idea para la universidad. Dependiendo de tu horario y tu semestre, al día puedes llevar tres materias aproximadamente o, a veces, solo una. Por lo tanto, faltar a una clase sería perderte temas enteros o puntos importantes para el examen.

Aunque resulte obvio, es necesario decirlo: presta atención durante la clase. Los temas son más complejos que en la prepa y necesitarás tomar apuntes. Deja el uso del celular y las pláticas con tus compañeros para los tiempos de descanso y enfócate en aprender y asimilar la nueva información.

 

Organiza tu vida

Una carrera universitaria requiere mucho compromiso de tu parte. Tomarte la escuela más en serio necesita energía y atención. No puedes darte el lujo de perder el tiempo o de caer ante el estrés por no haber planificado debidamente tu rutina. La anterior puede parecer una palabra aburrida o negativa, pero no significa lo mismo que monotonía: se refiere a la disciplina. Y necesitamos disciplina si queremos fluir armónicamente con nuestras actividades. 

Un consejo concreto: utiliza una agenda. Apuntar tus tareas y proyectos próximos en un calendario te ayuda a ver de cuánto tiempo dispones para realizarlos y qué otras actividades requieren también de tu atención. Planifica con tiempo y ten en cuenta que incluso habrá maestros que desde el primer día de clases fijen la fecha del examen. Respeta las fechas límite de entrega, pedir prórrogas a tus profesores no es una opción.

 

Trabaja con tiempo

El nivel de complejidad de las actividades académicas, tareas y proyectos universitarios es mayor que el de la preparatoria. Necesitas investigar más y mejor, planear procesos y estructuras más demandantes y dedicar más tiempo a cuidar de los detalles. Por todo lo anterior no es recomendable dejarlo para el último momento, sino planificar y darle el justo tiempo a cada parte del proceso.
Los profesores son más exigentes y esperan que te dediques y te esfuerces, que des lo mejor de ti. Sin embargo, ¿no estás haciendo esto para satisfacer las expectativas de ellos o de tus padres, verdad? Elegiste tu carrera por algo y el nivel de exigencia puede ser un reto para ti, para expandir tus capacidades y conocimiento.

 

Pide ayuda cuando la necesites

Aunque en la universidad te enfrentas con el reto de hacer muchas cosas por tu cuenta y a tomar la responsabilidad de tu propio aprendizaje, esto no quiere decir que debas cargar sobre tus hombros todo el peso del mundo. Si tienes un problema difícil de solucionar o requieres de apoyo, no te atormentes: está bien pedir ayuda.

¿A quiénes puedes recurrir? A tus profesores, por ejemplo. Si tienes una duda o un tema no te quedó muy claro, no te vuelvas tímido a la hora de preguntar. Además, los coordinadores de área están interesados por los avances de los alumnos y por que estos se sientan cómodos en esta nueva etapa universitaria.

De igual modo, tu familia y amigos son una fuente de apoyo emocional, intelectual, y, ¿por qué no?, también académico. Tus compañeros de carrera están en la misma situación que tú y tal vez obtengas las respuestas que buscas por parte de ellos o te acompañen en su búsqueda. Por otro lado, recuerda que ellos también necesitarán de tu ayuda en otras ocasiones.

Los procesos de adaptación y transición son únicos y muy personales. Algunos los vivirán con un gran entusiasmo e ilusión; otros, con aprensión y ansiedad; otros, con una mezcla de ambos. Pero lo que sí es seguro es que se trata de una iniciación de cuyos frutos gozarás una vida entera.