El ambiente en la Universidad Marista es algo que muy pocos tienen el privilegio de experimentar y por eso, por los que ya lo han vivido y por los que están por vivirlos, te dejamos un pequeño relato de lo que es un día en la marista.

Estudiar la universidad es una de las mejores experiencias de la vida y estudiar en una escuela que te haga feliz por lo que es, por sus instalaciones, por sus empleados, por lo que se vive, no tiene precio.

Hay muchas universidades en Mérida y sin duda sus alumnos deben de pasar muchas horas de felicidad en ellas, pero estudiar en la Universidad Marista es una experiencia que te marcará de por vida.

Imagina que es lunes, debes de ir a la escuela, lees en redes sociales cómo la mayoría de tus contactos se queja por iniciar la semana y ahí estás tú, saludando a Don Pablito, uno de las personas más amables dentro de las instalaciones. 

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Después vas a tu salón, saludas a tus amigos y te preparas para tus clases. Después de haber entrado a la Universidad Marista de Mérida, ir a la escuela ya no es ese tedioso proceso que tus papás te obligaban a cumplir.

Estudiar en la Universidad Marista significa amar tus clases y a tus maestros, saber que sin importar que no sea horario de clases, ellos están ahí para ti, para ayudarte en lo que necesites y resolver tus dudas.

A medio día es normal sentir hambre, es hora del lunch y el mejor lugar para acabar con ese sentimiento es ir a la cafetería, comprar una torta de asada con queso y al terminar, si queda tiempo antes de tu próxima clase, jugar un poco de ping pong.

Acaban las clases y lo que haces no es irte a tu casa, es ir al jardín a platicar con tus compañeros, sentarte en el pasto y platicar sobre cualquier cosa, a veces pasan horas y no te das cuenta. Ahí es cuando certificas que el tiempo pasa rápido cuando la pasas bien. dia-universidad-marista-cafeteria.jpg

A menudo, si tienes suerte, después de ver el reloj, tienes que salir corriendo del jardín hacia el auditorio porque hay alguna conferencia a la que mueres por ir, como cuando Diego Luna estuvo de visita.

A veces, si tienes suerte, alguno de tus amigos que ha tomado la optativa de gastronomía llega y te comparte de lo que hicieron ese día en clase y así es como sigues comiendo delicioso durante todos los años de la carrera.

Estudiar en la Universidad Marista es sentirte como en casa, es saber “ser para servir” es el mejor lema con el que puedes vivir y así, sin más, después de clases y horas de aprendizaje, después de platicar con tus amigos, disfrutar de los jardines y consultar algún libro en la biblioteca se acabó el día. Es momento de volver a casa, pero no importa, porque afortunadamente, la semana tiene siete días.

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